jueves, 11 de agosto de 2011

Importancia en el mundo

En un principio, esta planta se cultivaba para obtener la fibra que se extraía de sus duros tallos, utilizada como sustituto del yute utilizado para hacer arpillera.
Más tarde, los cálices de la planta se emplearon como colorante alimentario, sobre todo en Alemania, pero resultan fáciles de encontrar en los mercados de Francia, utilizada por la comunidad senegalesa como flores o jarabe. Las hojas verdes se usan como una especie de espinacas especiadas que los senegaleses añaden a veces al arroz y al plato nacional de su país, el tiéboudienne, de arroz con pescado.
Los cálices se cosechan cuando adquieren un tono semejante al vino, y se dejan secar para usarlos principalmente en la preparación de bebidas refrescantes sin cafeína. Debido a sus características organolépticas, el extracto se utiliza frecuentemente como corrector del sabor de otras bebidas o de medicamentos.

A la rosa de Jamaica se le atribuyen propiedades diuréticas, antihipertensivas, antiparasitarias y ligeramente laxantes. La efectividad de un extracto acuoso de Hibiscus sabdariffa en el tratamiento de la hipertensión arterial de leve a moderada fue confirmada en un estudio clínico en el que participaron 39 pacientes.

En África y sobre todo en el Sahel, se prepara una infusión azucarada denominado carcadé que se vende incluso en la calle. En el Caribe, ésta se prepara a partir del fruto fresco y se toma en Navidad. En Trinidad y Tobago se produce incluso una bebida, denominada Shandy Sorrel, que combina esta infusión con cerveza.

En América Central se toma como bebida refrescante o como infusión caliente, y con ella se preparan también mermeladas, dulces, jarabes y otros refrescos. En México es muy popular tomar la infusión fría, como acompañamiento de la comida y se conoce como Agua de Jamaica. En El Salvador se ha desarrollado un proceso de fermentación en el cual no interviene ningún tipo de tratamiento con insumos químicos, permitiendo la elaboración de un vino basado en la Rosa de Jamaica, cuyo consumo es recomendado para el acompañamiento de carnes rojas, guisos y postres o como bebida alcohólica refrescante en los climas cálidos o ambientes costeros como las playas.

En Panamá, fue introducida por inmigrantes jamaiquinos y se le conoce como saril que proviene de sorrel (el nombre deriva de la voz sahel). Se prepara un refresco que se consume en navidad haciendo una infusión de cálices de esta planta con jengibre y que es conocido popularmente como "chicha de saril".
En la provincia de Misiones, Argentina, se la conoce como rosella, y se utiliza para preparar una mermelada, hirviendo los cálices frescos con azúcar.


Hay trabajos y evidencias epidemiológicas que asocian las dietas ricas en frutas y vegetales con un menor riesgo de contraer enfermedades crónicas y degenerativas. Generalmente se asume que los constituyentes dietarios activos juegan un papel importante en el desarrollo y progresión de esos padecimientos.

En la actualidad, los numerosos fitoquímicos que hay en las plantas tienen diversos usos en la medicina y en la industria farmacéutica y alimentaria.
Por ejemplo, los extractos de las flores de jamaica se emplean como colorantes naturales para los alimentos, en emulsiones para las bebidas y en la preparación de mermeladas y gelatinas de color rojo brillante y placentero con un sabor ácido. La cocción de las flores también se usa como un sustituto del té o el café por personas que sufren de problemas de salud. Se le recomienda en la terapia del corazón, enfermedades de los nervios, presión sanguínea alta, fiebre, enfermedades hepáticas y calcificación de las arterias. Sin embargo, poco se sabe acerca de los efectos farmacológicos de dicha planta, aun cuando se sabe que los constituyentes polisacáridos han sido utilizados para sanar posibles efectos inmunomoduladores.

Por otra parte, en medicina tradicional se reconoce que la jamaica tiene efectos terapéuticos benéficos para la salud y mínimos efectos colaterales, observándose que protege el sistema vascular humano e inhibe la enzima angiotensina. En un estudio experimental con animales, se apreciaron los notables efectos del té ácido de esta planta para reducir la hipertensión.
Se han reportado también sus beneficios como diurético y por sus actividades antibacterianas. En el norte de Nigeria, la jamaica tiene un uso empírico en preparaciones laxativas para el tratamiento de la constipación.

La jamaica, por su fibra y cálices, se emplea asimismo en la manufactura de cordajes y canastas, así como en la preparación de bebidas refrescantes. Las propiedades nutricionales del aceite y la semilla hacen que sea una fuente invaluable de alimento debido a su contenido proteico y calórico (33% proteína, 24% carbohidratos y 22% de grasa en base de peso seco) y sustanciales cantidades de fibra (14% de peso seco como fibra) y considerables micronutrientes. Las flores contienen altos niveles de minerales, tales como hierro (88 mg/100 g), magnesio (442 mg/100 g), calcio (1.28%) y selenio (0.09 mg/Kg).


La semilla constituye una fuente excelente de aceite de cocina. Los tallos tiernos, hojas y cálices se usan en la preparación de sopas y salsas. Los cálices se ocupan en preparados que se consumen como sustitutos de la carne. Las flores y frutos carnosos se utilizan en infusiones farmacéuticas para aliviar los síntomas de bronquitis y tos.

Las investigaciones con los extractos de la jamaica demuestran que estos podrían actuar como antioxidantes y contribuir a las acciones anticancerígenas o cardioprotectivas. Se ha reportado que tales extractos pueden tener un efecto antiespasmódico, reducen la hipertensión, son antimicrobianos y de propiciar la relajación del músculo uterino.

La dieta parece desempeñar un papel importante en el desarrollo de muchas enfermedades, especialmente las relacionadas con los trastornos cardiovasculares y el cáncer, las cuales se consideran asociadas con el estrés oxidativo.
Por esto, se ha puesto la atención a los agentes anticancerígenos que se encuentran en forma natural o que son adicionados a los alimentos y bebidas para el consumo humano. Estos agentes quimioprotectores naturales, presentes en la dieta, revelan una acción inhibitoria sobre la iniciación, promoción y los estados progresivos en la carcinogénesis.


Pues bien, se sabe que muchas plantas medicinales poseen agentes quimioprotectores. La jamaica es una de las plantas medicinales de Tailandia, la cual se ha investigado por su efecto antimutagénico. Varias partes de la planta, tales como flores, hojas, cálices y corola, se usan para varios propósitos medicinales en muchos países del oeste de África. Las hojas son emolientes y se usan comúnmente como diuréticas y sedativas, mientras que los frutos sirven para combatir el escorbuto. La infusión de los cálices se ocupa como diurético, antiséptico intestinal y laxativo suave; es refrescante y útil en condiciones que propician el enojo, en enfermedades de los nervios y del corazón, alta presión sanguínea y calcificación de las arterias.

Las antocianinas extraídas de las flores secas de la jamaica son pigmentos naturales que se usan en la medicina y en la manufactura de alimentos. Estos pigmentos muestran actividad antioxidante y se emplean en oftalmología, en tratamientos de varios desórdenes circulatorios y en enfermedades inflamatorias. Tales propiedades antioxidantes de estos compuestos y de los flavonoides pueden reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. El ácido procatecuíco de las flores de esta planta disminuye la peroxidación de lípidos, que es un mecanismo potencial de daño celular. Este ácido es un agente eficaz para inhibir la acción carcinogénica de dietilnitrosoamina en el hígado, de la 1-óxido-4-nitroquinoleína en la cavidad oral, del azoxymetano en el colon, de la N-metil-N-nitrosourea en el tejido glandular del estómago y de la N-butil-N-(4-hidroxibutil) nitrosamina en la vesícula.

Además, los extractos de la jamaica muestran actividad catártica de ligera a moderada en las ratas albinas estudiadas, en las que se observó un incremento en la producción de heces húmedas debido a la presencia de saponinas y otros glucósidos que pueden ser responsables de las propiedades laxantes, o a la presencia de ácidos orgánicos por su efecto osmótico que les hace ser dif íci lmente absorbibles.


El papel de los fitoquímicos en las hiperlipidemias

Continuamente se encuentran nuevas evidencias científicas que apoyan el papel de los fitoquímicos para prevenir y tratar enfermedades crónicas y degenerativas, tales como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y la regulación de desórdenes y alteraciones de los lípidos. Aunque las causas de tales enfermedades son variadas, el inapropiado consumo de nutrientes ricos en grasas saturadas y carbohidratos refinados se identifica como uno de los principales contribuyentes en dichas enfermedades. La hipótesis de que la intervención nutricional y dietaria podría reducir el riesgo de muchas de estas enfermedades crónicas y degenerativas se basa en las investigaciones epidemiológicas llevadas a cabo en humanos y animales de laboratorio.

Uno de los hallazgos más consistentes es que las poblaciones que consumen dietas altas en frutas y vegetales son menos propensas a desarrollar arterioesclerosis y enfermedades cardiovasculares. Recientemente se ha enfocado la atención en los componentes de las frutas y plantas como una posible alternativa en la regulación y prevención de los desórdenes y alteraciones de los lípidos. Además, ciertas evidencias epidemiológicas apoyadas en ensayos clínicos han reportado los beneficios para la salud de los fitoquímicos en los alimentos. Los más representativos y que han ganado un prominente lugar como agentes dietarios efectivos en disminuir los niveles de colesterol en sangre son los esteroles de origen vegetal, los cuales han sido aplicados en la medicina. El blanco de acción de estos compuestos es el intestino, donde ejercen su efecto hipocolesterolémico al bloquear la absorción de colesterol en el tracto intestinal o a través de la interferencia con los ácidos biliares. Se ha reportado que las catequinas de las hojas de té, la sesamina de las semillas de sésamo y la goma guar, entre otros, disminuyen los niveles de colesterol en la sangre. Otro fitoquímico que tiene propiedades preventivas es la capseicina del chile rojo; en efecto, se ha encontrado que este fitoquímico atenúa la agregación plaquetaria. Los diacilgliceroles que tienen composición similar a los ácidos grasos de los aceites vegetales tienen al parecer propiedades hipotrigliceridémicas.

Como resultado de la corrección nutricional, la evidencia científica indica el óptimo consumo de los fitoquímicos que hay en frutas y verduras como un medio natural y efectivo para prevenir muchas enfermedades crónicas y degenerativas. 

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